Estábamos en la mitad del partido, un jugador del equipo contrario marcó un triple. De repente un abuelo de entre tantos en las gradas, empezó a orquestar la melodía de una canción de Frozen.
Ricardo, un pivot de nuestro equipo se quedó impertérrito cuando todos estabamos alucinando,siguió corriendo sin mirar, se chocó contra la canasta y fue tal el golpe que aún sigue sufriendo los efectos de la amnesia.
que caca de relato
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